martes, 16 de octubre de 2012

Desde la esclavitud en el siglo XVI a la explotación Capitalista del presente

 ¿Sabían ustedes que en nuestros actuales municipios de Santa María de Guía y Gáldar como en el resto de la isla tuvimos esclavos trabajando en la industria azucarera?. Hace unos años en Finca y Clavijo, una zona de las medianías de Santa María de Guía, un grupo de arqueólogos realizaron un trabajo de excavación de restos humanos. Gran sorpresa fueron los resultados, tanto de las evidencias materiales como de los estudios de ADN, cuando salió a la luz que esos restos pertenecían a una necrópolis de individuos que fueron esclavizados durante esta época. Estas personas, hombres, mujeres y niños como usted y yo lo somos, provenían tanto de la tierra, siendo indígenas canarios, como de tierras adentradas en el continente, del África negra, y del Magreb.

Ya por aquellos tiempos, creadas las compañías comerciales, los ataques piráticos por el control de las colonias, un feudalismo en decadencia y una burguesía emprendedora, se asientan las bases del Capitalismo. Como bien sabemos, estos individuos simplemente eran siervos de grandes señores al servicio de la Corona. Una corona que emprendió una colonización y cruzada a nivel mundial, haciéndose dueña de las almas de las personas y como no, de los metales preciosos; oro y plata que se utilizó en gran parte para las campañas bélicas de una Europa que era arrasada por ejércitos de mercenarios. Transcurre el paso del tiempo, y los grandes de Europa realizan el proceso de recogida de las materias primas de sus colonias. O lo que es lo mismo, la acumulación de Capital (la cual se remonta hasta la actualidad con el Neo-imperialismo). Es aquí, cuando recurrimos a Karl Marx, ya que hay unos señores en minoría que tienen el Capital, y otros en mayoría que no lo tienen; si, esos mismos que luego van a trabajar a las fábricas.

Según su modus operandi, estos señores ahora quieren vender sus mercancías, ¿Pero a qué precio?. Una mercancía tiene un valor de uso, es por ello que sirven para ser usadas; pero también tiene un valor de cambio, que es el valor adquirido cuando se vende. Ahora, este valor de cambio ¿Cuanto vale?; pues muy sencillo, "el tiempo de trabajo para constituirlo". Es entonces cuando el mercado encuentra al obrero, es entonces... cuando el que tiene Capital encuentra al que tiene la fuerza de trabajo. Los obreros van a las fábricas a realizar las mercancías, ¿Y cuanto vale el trabajo del obrero?. Pues los medios necesarios y básicos para su subsistencia: Una vivienda, ropa y comida; lo cual viene siendo equivalente a su fuerza de trabajo. Pero lo que si está claro es una cosa, en las horas que trabaja el obrero, está produciendo mucho más de lo que gana, es decir, hay un plusvalor. Este plusvalor es lo que se queda el capitalista de lo que produce el obrero; estamos hablando del concepto que Marx menciona como la plusvalía.

En nuestras fincas de plataneras tenemos un empresario que es dueño de las tierras. Tenemos el caso de algunos de ellos que son dueños de la mayoría de ellas y no solo eso, sino que también controlan otros medios como constructoras, gasolineras y un largo etc. Por otro lado tenemos a los trabajadores, los cuales emplean su fuerza de trabajo en los diferentes sectores del empresario por mor de un salario; quedándose el capitalista con la plusvalía de gran cantidad de ellos. Engrandeciendo su riqueza de una manera desproporcional, dejando al trabajador con un sueldo mísero mientras éste se enriquece en un modo abismal. Este es el caso de la comarca Norte de Gran Canaria, donde como en la mayoría de las partes del planeta se genera la desigualdad económica entre burgueses y proletarios. Pero no es solo eso, hasta ahora en este párrafo solo hemos hablado de los trabajadores canarios, cuando también llegan inmigrantes del África negra y del Magreb. Inmigrantes impulsados por una pobreza extrema, víctimas de países empobrecidos y devastados por el colonialismo que les impulsa a trabajar en tierras pertenecientes al bloque o mundo Occidental. El capitalista aquí es donde ve su ocasión de ganar más plusvalía, ya que estos son ilegales y no tienen derechos como los de aquí, el salario que les conceden es mucho más bajo y se aprovechan de su situación.

He de dejar claro que volvemos a los primeros párrafos: Canarios y gentes procedentes del vecino Continente trabajando juntos, en paupérrimas condiciones trabajando para grandes empresarios al servicio del mercado. Bien parece que la historia se repite. El Capitalismo ha sido una muy buena alternativa para salir del Feudalismo, pero bien muestra que está disgregado ya y que solo nos lleva atrás en el tiempo creando nuevos métodos para obtener más capitales para los capitalistas. Como bien he señalado anteriormente, los proletarios europeos del siglo XIX, trabajaban por sus necesidades básicas en las más difíciles condiciones: muchas horas de trabajo, explotación infantil, sin derechos sociales etc., pero tenían una pequeña vivienda, ropa y comida en el mejor de los casos; y cuando no era así se hacían REVOLUCIONES. A nosotros nos están quitando poco a poco los derechos sociales, nos suben el precio de los productos básicos para la alimentación, crean planes para que la educación sea solo para los pudientes, nos pagan menos y nos hacen trabajar mas. Y encima, los bancos se quedan con nuestras casas y más atrocidades que se cometen que no mencionaré ya que me saldré del tema que estamos tratando (Esto último mencionado no le pasaba a los proletarios del siglo XIX y XX que hicieron revoluciones). Parece que fue en vano todo lo que lucharon nuestros antepasados entregando hasta sus vidas. ¿Donde está nuestra REVOLUCIÓN?.

Considero que Marx era un afortunado, por creer en aquellos tiempos en el verdadero progreso de la humanidad. Por ello escribo este artículo, porque me niego rotundamente a que mi generación sea la generación de los cobardes, la generación que será criticada por nuestros hijos y nietos porque nosotros mismos, con nuestro miedo a la represión habremos sido los que convirtieron a nuestros descendientes en siervos de los Aristoi. Señoras, Señores, dicen que la población ha despertado, si, solo hemos abierto los ojos, ahora nos queda levantarnos de la cama.


Pedro Javier Sosa Alonso

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